En Colombia, el Programa de Alimentación Escolar (PAE) ha demostrado ser una herramienta efectiva para mejorar diversos aspectos educativos y sociales. Según el Departamento Nacional de Planeación (DNP, 2021), durante el período comprendido entre 2012 y 2019, el PAE logró reducir la tasa de deserción escolar en un 12% y el ausentismo en un 14%. Además, investigaciones como la realizada por Granados Estrada (2022) señalan que el PAE tiene un impacto positivo y significativo en las expectativas educativas de los estudiantes para ingresar a la educación superior, así como en la mejora de su permanencia en las instituciones educativas y en sus trayectorias académicas. Por otro lado, Porto Gutiérrez (2016) destaca que el PAE contribuye a aumentar la seguridad alimentaria de los hogares, lo que a su vez reduce la incidencia del trabajo infantil. Estos hallazgos subrayan el papel crucial que desempeña el PAE en el contexto colombiano para promover la igualdad de oportunidades educativas y mejorar la calidad de vida de los estudiantes. A pesar de los efectos positivos mencionados anteriormente, la realidad es que aún persisten desafíos significativos en la cobertura y acceso al Programa de Alimentación Escolar (PAE) en Colombia. Según datos del Censo C600 del DANE (2022), se reportó que 2,902 sedes educativas oficiales no contaban con cobertura del PAE, lo que implicó que 655,252 estudiantes pertenecientes a estas sedes no recibieran asignación del programa. Además, incluso entre el total de estudiantes matriculados, el 21% no fue beneficiario del PAE, independientemente de si su sede contaba con asignación de este, lo que representa un total de 1,538,963 estudiantes que no recibieron los beneficios del programa en 2023.

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