Desigualdades educativas en Colombia: análisis de la educación rural y sus desafíos.

Radiografía de la educación rural en Colombia. El 96,9% de los estudiantes rurales estudia en colegios oficiales: la cobertura de la educación en las zonas rurales depende en gran medida del Estado.
  • 2.392.624 estudiantes en Colombia están matriculados en zonas rurales, la mayoría en los niveles de educación iniciales (Prescolar y Básica Primaria). La oferta de las sedes rurales está altamente concentrada en la jornada mañana (79,5%).
  • 79,8% de las sedes educativas rurales no cuentan con acceso a internet, el 59,7% no cuenten con aulas de informática e incluso el 18,1% no tiene servicio de energía eléctrica.
  • En 2022, el 23,7% de estudiantes en zonas rurales no asistió a instituciones preescolares, colegios, escuelas o universidades.
  • Para el caso de los jóvenes entre los 17 y 21 años que habitan en zonas rurales de los municipios PDET (Municipios más afectados por el conflicto armado), en 2021, 71% no asistió a instituciones educativas.
  • El 7,8% de las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes en la ruralidad no asiste a las escuelas por embarazo y el 23,4% porque deben encargarse de los oficios del hogar.
  • Los estudiantes en las zonas urbanas tienen un mejor desempeño que los de las rurales. Para el 2022, la diferencia en el puntaje global de las pruebas Saber 11 fue de 26,4 puntos con respecto a la zona urbana.
  • Existe una brecha estructural en la oferta, acceso, permanencia y calidad de la educación entre las áreas urbanas y rurales.

Bogotá, 2 de octubre de 2023. El Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Javeriana presenta una radiografía de la educación rural en Colombia, según los resultados de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida - ECV 2022 y ECV 2021 (2021 para los datos de municipios PDET), la operación estadística de Educación Formal – EDUC 2021 del DANE y los resultados de la prueba Saber 11 de 2021 y 2022, suministrados por Data-ICFES. El informe del LEE de la Javeriana, titulado “Características y retos de la educación rural en Colombia”, busca aportar a una discusión informada sobre las políticas públicas educativas encaminadas al cierre de las brechas entre las zonas urbanas y rurales. Además, que evidencie y visibilice las necesidades de la educación en la ruralidad, en el marco de las elecciones regionales 2023.

El documento resalta los siguientes datos:

  • 2.392.624 estudiantes en Colombia están matriculados en zonas rurales, la mayoría en los niveles de educación iniciales (Prescolar y Básica Primaria). La oferta de las sedes rurales está altamente concentrada en la jornada mañana (79,5%).
  • 79,8% de las sedes educativas rurales no cuentan con acceso a internet, el 59,7% no cuenten con aulas de informática e incluso el 18,1% no tiene servicio de energía eléctrica.
  • 61,5% de los estudiantes en zonas rurales van a pie y para los estudiantes en zonas rurales de los municipios PDET es particularmente importante el transporte en lanchas, planchones o canoas.
  • De población en edad escolar (de 5 a 21 años) que vive en zonas rurales, el 23,7% no asistía a instituciones preescolares, colegios, escuelas o universidades. Por el contrario, en zonas urbanas esta proporción fue de 17,9%.
  • Para el caso de la población en edad escolar (5 a 21 años) para las zonas rurales de los municipios PDET (Municipios más afectados por el conflicto armado), durante 2021 (solo hay datos 2021 disponibles para estos municipios), el 26,9% de no asistió a instituciones educativas. Realizando el análisis solo en los jóvenes entre los 17 y 21 años de estas áreas, el 71,1% no asistieron a instituciones educativas.
  • La principal causa por la cual la población en edad escolar no asiste a instituciones educativas es por falta de dinero o costos educativos muy altos (26,2% en zonas urbanas y 19,0% en zonas rurales). La segunda causa más frecuente es porque necesita trabajar y por qué no les gusta.
  • Las causas por las que no se asiste a las instituciones educativas evidencian marcadas diferencias de oportunidades, vulnerabilidad y roles asociados a hombres y mujeres. El 7,8% de las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes en la ruralidad no asiste a las escuelas por embarazo y el 23,4% porque deben encargarse de los oficios del hogar (cuidado de niño/as y de otras personas del hogar: adultos mayores, personas discapacitadas, etc.).
  • Sistemáticamente, los resultados de las pruebas Saber 11 evidencian que los estudiantes de las zonas urbanas tienen un mejor desempeño que los de las rurales. Para el 2022, la diferencia en el puntaje global de las pruebas Saber 11 fue de 26,4 puntos con respecto a la zona urbana.
  • El 3,5% de las sedes rurales imparten educación bilingüe (incluido lenguas y dialectos indígenas), frente al 5,6% de las sedes en zonas urbanas. Sobre esto, los investigadores indican que los datos pueden estar sobrerrepresentando la penetración de la educación bilingüe en zonas rurales, puesto que en las zonas rurales cercanas a grandes ciudades del país existen un grupo de colegios de alto nivel, con matrículas costosas a las que solo pueden acceder una gran minoría de niñas, niños y adolescentes.
  • Para 2021, el 14,7% de las sedes en las zonas rurales contaban con un sistema étnico-educativo, mientras que este porcentaje es de apenas el 3,96% en las áreas urbanas. Igualmente, el 9,6% de sedes rurales cuentan con un sistema indígena propio, frente al 1,2% de las sedes urbanas.

Tras el análisis de los datos, los investigadores insisten en que existe una brecha estructural en la oferta, acceso, permanencia y calidad de la educación entre las áreas urbanas y rurales. Estas diferencias generan consecuencias en mediano y largo plazo, puesto que las personas nacidas en áreas rurales tienden a ver restringidas sus oportunidades de acceso a educación superior de calidad e inserción en el mercado laboral. Además, teniendo en cuenta que las áreas rurales del país tienen mayores tasas de pobreza multidimensional y monetaria, se generan trampas de pobreza difíciles de romper en el corto plazo.

En ese sentido, el LEE de la Javeriana sugiere que la educación en áreas rurales requiere una apuesta diferencial para adaptarse a las condiciones de estas zonas del país y necesidades de la población. Asimismo, políticas públicas de educación que focalicen mejoras e inversiones que deben ir desde provisión de infraestructura y seguridad, hasta provisión de profesores, reforzamiento de entornos saludables, adaptación de los currículos al contexto y seguimiento de cada uno de los niños, niñas y adolescentes que no están asistiendo a las escuelas.

“Aumentar la cobertura, la calidad y la pertinencia de la educación, especialmente en zonas rurales, no solo aumenta las oportunidades de desarrollo y progreso de los beneficiarios y su región, sino que además ayuda a prevenir hechos como la deserción, la delincuencia juvenil y los conflictos armados. La inversión en educación rural tiene beneficios incalculables para el país.” Afirma, Gloria Bernal, Directora del LEE de la Javeriana.

“Las escuelas rurales deben ser entendidas como entornos protectores y puntos de encuentro de las comunidades que facilitan el trabajo comunitario y la protección de los derechos humanos (Comisión de la verdad, 2022). En ese sentido, el fortalecimiento de la oferta, calidad y acceso de la educación rural juegan un papel central en el mantenimiento de una paz estable y duradera (Informe No.57-LEE).  La escuela puede ser motor para garantizar entornos seguros para el desarrollo socioemocional de los estudiantes y la consolidación de proyectos de vida que faciliten la movilidad social de los habitantes rurales.” Se lee en el informe.

Ir al informe.

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